Cuando ha viajado en bote, ATV, moto, PWC, globo aerostático y hasta se ha arrojado en paracaídas, ¿qué sigue en el menú? ¿Qué tal emplear un aerodeslizador? Los aerodeslizadores, aunque son muy populares en Inglaterra y en Europa, son casi desconocidos en territorio americano. Pero la posibilidad de viajar «por el aire» es una excelente opción para los que ansían un poco más de aventura en su vida.
Muchas personas consideran a los aerodeslizadores como locuras —y eso si saben que existen—. Y es que los aerodeslizadores se han desarrollado en silencio gracias a los esfuerzos de pequeños fabricantes y aficionados. Hoy día, un aerodeslizador resulta atractivo, confiable y divertido. Y es más silencioso gracias a sus propelas.
Existe una gran verdad sobre los aerodeslizadores: llaman la atención. Elija su lago favorito o una playa despoblada y de repente se verá rodeado por espectadores.
A diferencia de otros equipos, los aerodeslizadores pueden emplearse todo el año. A la máquina no le interesa sobre qué está viajando, sea agua, nieve, hielo o tierra.
¿Cómo funcionan los aerodeslizadores?
El aerodeslizador básico está compuesto por un casco (casi siempre un núcleo de hule, espuma o tela cubierto de fibra de vidrio) y uno o dos motores que impulsan una o dos propelas. Esto genera una bolsa de aire para elevación e impulso suficiente para avanzar. Un faldón alrededor del perímetro del casco conserva la bolsa de aire. A pesar de su relativamente pequeño grupo de devotos, existe un sinnúmero de variedades basadas en este diseño.
La mayoría de los fabricantes ofrece lo que se conoce como «nave integrada», que utiliza un solo motor y una sola propela para elevarse e impulsarse. Una placa divisoria colocada dentro del conducto de aire dirige una tercera parte del flujo a través del casco, escapa alrededor del perímetro del mismo y hacia abajo de los faldones para brindar elevación. El aire restante escapa por la parte posterior para impulsar al aerodeslizador.
Cómo manejar en el aire
Manejar uno de estos vehículos requiere un poco de práctica —alrededor de una hora en condiciones sin viento—. En contraste con casi todos los vehículos de recreación, que dependen de la fricción con la superficie para ser maniobrados, su primera reacción al acelerar en un aerodeslizador será creer que ha perdido el control. A un tercio de aceleración, la bolsa de aire comienza a elevarlo. Si está en alguna pendiente o hay un poco de brisa, empezará a moverse. El truco consiste en aumentar la potencia y recuperar el control antes de estrellarse.
Pero una vez que comprenda cómo funciona, podrá relajarse y divertirse. Virar es semejante a andar en motocicleta, puesto que depende de la inclinación de su cuerpo. Girar y detenerse en el aire toma más tiempo que cuando se viaja sobre una superficie, así que debe planear sus movimientos con anterioridad. Para detenerse, reduzca la potencia poco a poco para conservar la bolsa de aire, pero disminuir la velocidad al mismo tiempo. Si retira la potencia de golpe, el frenado dañará el faldón.
La velocidad máxima dependerá de la superficie sobre la cual transite. El movimiento será ágil sobre hielo, lento sobre hierba y promedio en el agua, con una velocidad entre 55 y 80 kilómetros por hora.